viernes, 29 de marzo de 2024

Un Mundo Sin Hombres*

Las mujeres del movimiento 4B de Corea del Sur no están peleando contra el patriarcado - lo están dejando atrás 

*Este artículo fue originalmente publicado en inglés el día 8 de Marzo del 2023 por la autora Anna Louie Sussman en el siguiente enlace, traducido por Aileen Solanas. 


La infancia de Youngmi fue muy difícil. La enfermera de 25 años nació en el seno de una familia pobre en Daegu, Corea del Sur, conocida por ser una de las ciudades más conservadoras del país. La mamá de Youngmi abandonó el hogar cuando Youngmi era muy joven, para escapar el abuso físico del esposo, dejándola a ella y a su hermana atrás con él y con su abuela paterna. Cuando tenía 5 años, su hermana de 8 años empezó a perder el cabello por el estrés. 

Conforme fue creciendo, Youngmi se encontró a sí misma deprimida, insegura de lo que le deparaba el futuro, y financieramente inestable. En la sociedad patriarcal de Corea -en la que generalmente se espera de las mujeres que sirvan a sus padres y se adhieran a los rígidos cánones de belleza- ella se sentía como una víctima perpetua, obsesionada con las cosas malas que le había hecho su padre y presionada para mantener su apariencia para complacer a los hombres. A pesar de su escaso presupuesto como estudiante de enfermería, ella compraba ropa nueva cada temporada, gastando mucho dinero en ropa barata y de mala calidad de H&M. Usaba maquillaje de forma religiosa. "No podía salir sin traer maquillaje. Me sentía avergonzada de mi cara", dijo. "Tenía esta presión de querer verme hermosa y querer ser deseable, física o sexualmente."

Mientras navegaba por Twitter en 2018, Youngmi se encontró con fotos y grabaciones de las protestas que se llevaban a cabo en las calles de Seúl. En Corea del Sur, donde los casos de feminicidio, porno-venganza, y violencia en el noviazgo eran generalizados, el surgimiento de los crímenes sexuales de las cámaras espías, la abrumadora mayoría cometidos por hombres, habían resultado, en la mayoría de las ocasiones en multas, y sentencias carcelarias suspendidas, eso en el caso de que fueran perseguidas en lo absoluto. Sin embargo, no fue el caso para una mujer de 25 años que habría tomado una fotografía no consentida de un estudiante desnudo varón que modelaba en una escuela de arte y la publicaría en internet; fue sentenciada a diez meses en la cárcel y una corte le ordenó ir a terapia por violencia sexual. Las demostraciones eran una reacción a la hipocresía descarada. 

Youngmi se conmovió por la solidaridad que vio, pero hubo una cosa que la dejó perpleja: Muchas mujeres en las protestas se rasuraban las cabezas frente a las cámaras. Conforme empezó a seguir más cuentas feministas en Twitter, Youngmi entendió que estos actos eran un rechazo público a las mismas expectativas estéticas impuestas a las mujeres coreanas que han hecho del país líder en consumo y producción de productos de cuidado personal y cirugía plástica. Ella se empezó a dar cuenta que "¿sabes? los hombres no hacen eso - los hombres no sienten la presión de comprar ropa nueva cada temporada o usar maquillaje."

Pronto, Youngmi se rasuró la cabeza también, y dejó de usar maquillaje, uniéndose al movimiento llamado "escapa el corsé" que tuvo popularidad entre mujeres jóvenes de Corea del Sur. El movimiento, que ganó popularidad primero en 2018, tenía a mujeres coreanas que rechazaban públicamente los cánones de belleza que les eran socialmente impuestos al cortarse el cabello y dejando de usar maquillaje. (Youngmi no estaba sola - en el 2019, una encuesta encontró que el 24% de las mujeres en sus 20's reportaron dejar de gastar dinero en productos de belleza el año previo, muchas diciendo que no sentían la necesidad de esforzarse más en eso.) Eventualmente, esto llevó a Youngmi al 4B, un movimiento pequeño pero creciente entre las mujeres coreanas. 4B es clave para cuatro palabras coreanas que todas empiezan con bi-, o "no": El primer no, bihon, es el rechazo al matrimonio heterosexual. Bichulsan es el rechazo a parir, biyeonae es decirle que no al noviazgo, y bisekseu es el rechazo a las relaciones sexuales heterosexuales. Es tanto un posicionamiento ideológico como un estilo de vida, y muchas mujeres con las que hablé extienden su boicot a casi todos los hombres en sus vidas, incluyendo distanciarse de sus amigos varones. 

A través de chats grupales públicos en KakaoTalk, Youngmi conectó con otras feministas en Daegu, donde ella vivía con su madre mientras iba a la escuela de enfermería, pronto se conocieron en persona. ("Es muy fácil reconocernos entre nosotras por el pelo corto", dijo.) Ella dejó de ver a sus amigas de la preparatoria y la secundaria cuyas conversaciones todavía giraban en torno al maquillaje, la ropa, y los chicos. Cuando nos reunimos el pasado Noviembre en un café de Seúl, donde ha estado viviendo por los últimos dos años, ella no tenía una gota de maquillaje en la cara y se vestía de manera cómoda con pantalón de mezclilla holgado y una chamarra de lana blanca. Su cabello era lo suficientemente largo como para hacérselo en una coleta, ya que se había cansado de la que gente le preguntara por su cabello corto en su trabajo como enfermera, pero lo llevaba metido en una gorra de béisbol. El feminismo, dijo, le había ayudado a reconocer que el patriarcado era el problema, no ella - que "las cosas malas que pasaron en tu vida no son tu culpa", dijo. 

Para Youngmi y muchas otras que suscriben las premisas básicas del 4B o "practicar bihon", este es el único camino que pueden tomar las mujeres coreanas actualmente para poder vivir de forma autónoma. Desde donde ellas lo ven, los hombres coreanos no tienen remedio ni redención, y la cultura coreana, como un todo, es irremediablemente patriarcal - muchas veces absolutamente misógina. Una encuesta del 2016 del Ministerio de Igualdad de Género y Familia encontró que la incidencia de violencia marital estaba en un 41.5%, significativamente más alto que el promedio mundial del 30%. Aunque, las adeptas del 4B esperan cambiar la sociedad - a través de demostraciones públicas y activismo virtual, y modelando un estilo de vida alternativo para otras mujeres - no están intentando cambiar a los hombres a quienes ven como sus opresores. Es demasiado pronto como para saber si el movimiento puede sobrevivir y prosperar en el largo plazo. Pero sus ideas ya han afectado el debate nacional en internet, sus políticas, y sobre todo, las vidas individuales de las mujeres. 

"Practicar bihon significa que estás eliminando los riesgos del noviazgo o matrimonio heterosexual", Yeowon, una trabajadora de oficina de 26 años, me dijo en la terraza de un café en la ciudad sureña costera de Busan. Hablamos con café y pasteles, junto con su novia y otra de sus amigas, todas ellas vistiendo pantalones holgados y suéteres negros, todas con cabello corto. Esos riesgos de los que hablaba Yeowon podrían parecer familiares - cambiar tu carrera por la crianza de los hijos y el trabajo doméstico, así como la amenaza de violencia física - pero en Corea, Yeowon dice, el matrimonio se presenta como una amenaza existencial. 

Hubo un tiempo en que Minji, una adepta del 4B en Daegu, quería casarse, "porque, ya sabes, todo el mundo se quiere casar." Sin embargo, sabiendo lo que sabe ahora - que la violencia doméstica, como ella le dice, es tan común - "Ya no me quiero casar." Minji, de 27 años, es probablemente heterosexual, dijo, y le han gustado un par de tipos en el pasado, pero ellos querían que ella "los tratara como reyes." Así que no tiene problema en boicotear a los hombres de su generación, los cuales no son tan diferentes a su padre abusivo y egoísta. 

Incluso las mujeres jóvenes que no son miembras del movimiento repiten que no se imaginan saliendo o casándose con un hombre coreano. Sooyeon, una maestra en sus 30's, me dijo que hablar con sus amigos varones "siempre me hizo sentir como, 'Oh, tal vez nunca voy a encontrar a un hombre coreano'... Incluso de mi generación, algunos tipos esperan un rol muy tradicional de su esposa." Como para demostrar su punto, una encuesta reciente de una compañía emparejamiento encontró que las mujeres están reticentes a casarse por la división del trabajo, mientras los hombres dudaban a causa del "feminismo". 

No está claro qué tan expandido o popular es el movimiento 4B dada su naturaleza fluida entre lo virtual y lo real, y su evolución a través de los años, empezando alrededor del 2015 o 2016 cuando el simple estilo de vida de "no matrimonio" se desarrolló en un boicot absoluto de los hombres y del rechazo a la labor reproductiva de manera general. Un artículo estima que son alrededor de 50,000 adeptas; otros han puesto los números en menos de 5,000. Su origen es igual de complejo, aunque sus contornos se pueden rastrear. 

Después de los años de crisis financieras en las cuales las personas jóvenes enfrentaban costos crecientes en el alojamiento y la competencia intensa por puestos en las universidades y en los trabajos, la manera en que los hombres y las mujeres se relacionaban comenzó a estropearse. En el comienzo del 2013, la tasa de las mujeres admitidas en las universidades sobrepasó la de los hombres; hoy, cerca de tres cuartos de mujeres están inscritas a un nivel educativo superior, comparado con dos tercios de hombres. Anteriormente, se esperaba que las mujeres dejaran de trabajar después del matrimonio o tener hijos. Ahora, los hombres jóvenes ven a sus pares mujeres como competencia por puestos de trabajo crecientemente escasos. (Muchas académicas con las que hablé me hicieron notar que Corea es mayoritariamente étnica y racialmente homogénea, haciendo que la diferencia sexual fuera la falla general y central de la sociedad.) En los foros en línea y en las redes sociales, los hombres disgustados empezaron a llamar a todas aquellas mujeres con educación universitaria kimchinyeo, o "mujeres kimchi", lo cual significa "un estereotipo de mujeres coreanas que son egoístas, vanidosas, y obsesionadas con ellas mismas mientras se aprovechan de sus parejas," escribió la académica feminista Euisol Jeong en su tesis doctoral sobre "feminismo troll". 

Alrededor del 2014 y 2015, una comunidad virulenta, misógina y anti-feminista llamada "Ilbe" creció en tamaño y prominencia. En su interpretación, las mujeres estaban demandando derechos adicionales y privilegios cuando ellas ya se beneficiaban de evitar el servicio militar obligatorio en el país. Para la comunidad Ilbe, toda la población femenina es superficial e interesada. Las mujeres coreanas en internet respondieron con estrategias misóginas como trolear, burlarse, y utilizar lenguaje abusivo. Miembras de Megalia, uno de los sitios feministas más prominentes de este periodo, acuñó el término hannamchung, o "macho-gusano coreano", el cual es un estereotipo del hombre coreano como "feo, sexista, y obsesionado con comprar sexo", escribe Jeong. 

En 2016, un joven asesinó a una mujer joven en un baño público de Seúl, diciéndole a la policía coreana que la había matado porque las mujeres siempre lo habían ignorado. A pesar de la declaración del perpetrador, la policía se rehusó a etiquetar el asesinato como crimen de odio. Furiosas, las mujeres atiborraron los foros feministas, comunidades y chats. Esta ola de feminismo digital atrajo a mujeres de todos los contextos, incluyendo a mujeres de clase trabajadora como Minji y Youngmi, haciéndolo diferente al feminismo tradicional coreano, el cual estaba largamente confinado a las universidades, ONG's que a menudo tenían el apoyo del gobierno, y otros espacios de élite. 

En Diciembre de ese año, la tasa de fertilidad de Corea rondaba los 1.2 nacimientos por mujer (desde entonces ha bajado a 0.78, el más bajo del mundo), el gobierno coreano lanzó un "Mapa de Nacimientos Nacional" virtual que mostraba el número de mujeres que estaban en edad reproductiva de cada municipio, ilustrando lo que esperaban de sus ciudadanas. (El presidente de Corea del Sur Yoon Suk-yeol ganó la elección en Marzo del 2022 con el mensaje de que culpaba al feminismo por la baja tasa de nacimientos en Corea, y con la promesa de abolir el Ministerio de Igualdad de Género y Familia.") Las mujeres estaban indignadas por aquel mapa, observando que el gobierno aparentemente las consideraba "ganado"; una usuaria de Twitter creó un mapa tipo sátira ilustrando a los hombres que tenían disfunción eréctil en el país. Muchas de estas feministas digitales respondieron con un boicot de la labor reproductiva esperada por el estado y decidieron que el camino más seguro para evitar los embarazos era evitar completamente a los hombres. Fue a través de estas comunidades en línea que el 4B surgió como un eslogan, y después se desarrolló como un movimiento. 

El contragolpe y el miedo que las adeptas al 4B experimentan enfatiza su convicción de que Corea es todavía un lugar aterrador para las mujeres. La foto de Yeowon fue posteada en un sitio web de Ilbe después de haber participado en una protesta feminista, y fue acosada y sexualmente amenazada a través de las redes por semanas. Youngmi dijo que los hombres han intentado atacarla físicamente en la calle tres o cuatro veces. Recordó un episodio en donde ella y unas amigas, quienes se habían cortado el pelo, estaban cenando en un restaurante japonés en Daegu. A lo largo de la noche, el dueño del restaurante y sus amigos hicieron ruidos de arcadas y vómitos cerca de ellas. Cuando Minji y yo nos vimos en un café cerca de la estación central de trenes, ella me dijo que estaba preocupada de que en el café fueran a postear una foto de ella en línea porque tenía cabello corto y porque estaba hablando abiertamente de feminismo. Otras con las que hablé insistieron en usar seudónimos por razones de seguridad. 

Existen otras consecuencias de abandonar emparejarse con hombres a largo plazo. Corea tiene la brecha salarial de género más alta de los países ricos, con las mujeres ganando un 31% menos que los hombres, y las mujeres todavía enfrentan discriminación en el mercado laboral, algo que el movimiento reconoce. Un tweet ampliamente circulado exhortó a las mujeres del 4B a ahorrar dinero que habrían gastado en ropa o maquillaje, con el objetivo de mantener una vida independiente en lugar de "quedarse vieja sin un centavo y con un armario lleno de ropa."

Las mujeres que se comprometen al 4B "trabajan duro, porque saben que no tendrán un hombre que se gane el pan o un esposo", dijo Jeong, la académica que escribió su tesis doctoral en feminismo troll, añadiendo que algunas toman dos o tres trabajos. Youngmi y su novia viven juntas aproximadamente a una hora del metro a las afueras del centro de Seúl, donde la renta es más accesible. Yeowon dijo que su departamento estudio, la mejor opción que se podía costear en ese momento, se encuentra en un vecindario peligroso cerca de un mercado donde hombres borrachos comúnmente se congregan después de que los bares locales cierran. Su pareja, la cual trabaja en IT, recientemente se cambió de departamento porque el último tenía cucarachas. 

Muchas mujeres del 4B que conocí en Seúl todavía vivían con sus padres. La pareja de Yeowon vive por su cuenta, pero todavía come en la casa de sus padres varias veces a la semana, aunque ya no son emocionalmente cercanos. La comida de su madre es excelente, dijo, y le ahorra dinero y tiempo. "Lo trato como un restaurante", añadió. Youngmi y sus amigas crearon un mapa de negocios donde las propietarias son mujeres en Daegu, para que así se pudieran asegurar que sus dólares iban en apoyar a otras mujeres. "La economía es un tema muy importante para nosotras", me dijo. Otros grupos del 4B hacen eventos financiados por ellas en donde algunos expertos ayudan a las mujeres a cómo ahorrar e invertir. Un subgrupo en línea llamado "WITH" (Women in the Hell [mujeres en el infierno], el infierno siendo un apodo para Corea) está específicamente centrado en la economía; miembras postean bolsas de trabajo, consejos de bancos en los cuales ofrecen las mejores tasas de interés, y otros tips financieros. Han, una tutora de matemáticas que tiene su propia compañía de asesorías en Daegu, dijo que cree que cuando el poder colectivo económico de las mujeres crece, también lo hará su poder político, algo que ella ve posible en los próximos 20 años. Su interés en las finanzas está motivado tanto por el asunto urgente de vivir una vida viable económicamente como la posibilidad a largo plazo de que las mujeres del 4B puedan debilitar al patriarcado. "Cuando las mujeres influyen más económicamente, entonces es posible que los partidos políticos escuchen a las mujeres como votantes importantes", Han añadió." Pero hasta entonces, siento que las mujeres seguirán siendo utilizadas - sus cuerpos serán utilizados para la reproducción."

Pero no solamente el contragolpe político y la situación económica son una amenaza para la sustentabilidad a largo plazo del movimiento 4B y su influencia. Como cualquier movimiento social, el 4B tiene sus derivas y divisiones internas: ¿las mujeres del 4B pueden tener amigos hombres? ¿con mujeres que todavía quieren salir con hombres? ¿el lesbianismo privatiza las relaciones, destruye la solidaridad feminista, y resexualiza a las mujeres, o es necesaria para la fundación de un mundo sin hombres? Algunas adeptas del 4B también se alejaron del movimiento por centrarse en las mujeres "cis" y excluyendo a las "mujeres" trans; muchas comunidades en línea requieren una verificación con una foto de su identificación para comprobar el sexo de la aplicante, y Minji dijo que una de las comunidades feministas le pidió subir un video de su manzana de Adán, para asegurarse de que no había nacido varón. Pero sin importar en dónde se posicionen en estas cuestiones, para más de una docena de adeptas del 4B que he conocido en Corea, estos eran desacuerdos académicos que tenían poco impacto en su compromiso personal de vivir alejadas de los hombres. 

Para un movimiento nacido de la furia, ¿qué pasa cuando esa furia se desvanece o cuando otros asuntos toman prioridad? Yeowon dijo que algunas de sus amigas eran "feministas selectivas" que no usan maquillaje cuando salen con ella, pero que no están listas para dejar las ventajas que vienen con ser convencionalmente atractivas. "No pueden abandonar ese poder como mujeres, de usar la feminidad", dijo. "Están estas feministas que dicen, 'Oh, soy feminista, odio a los hombres, pero también quiero ser, ya sabes, consumible." Ella y sus amigas describieron videos de YouTube de mujeres ex-bihon que le decían a los espectadores que habían visto la luz y regresado a la heterosexualidad, narrativas que recuerdan a la abundancia del contenido en línea de las "#TradWife" o esposas tradicionales. 

Al menos por ahora, es claro que el mensaje del 4B, independientemente de cómo se practique, o qué tan cercanas se sienten las seguidoras con la etiqueta, ha proveído refugio a muchas  mujeres coreanas. Taekyung, 24, está estudiando su maestría en literatura alemana en la universidad de Ewha, una universidad de sólo mujeres con un campus robusto en el movimiento feminista y un departamento respetado de estudios de género. En un hermoso día de otoño, ella me dio una visita guiada a través del campus, el cual data de los años 1880, mostrándome la tienda de regalos y el área donde los estudiantes socializan y a veces toman siestas. 

Ella ha intentado evitar a los hombres desde que estaba en la preparatoria, después de hacer un proyecto sobre Ilbe que la llevó a sitios web donde los hombres habían posteado fotos desnudas de sus familiares mujeres y discutían cómo salir absueltos de violarlas. Ella fue a la Universidad de Sungshin para mujeres, otra universidad de mujeres, para la licenciatura. Ella no cree en las etiquetas para su propia sexualidad y tiene poco interés de salir con otras mujeres, pero ella cree en el lesbianismo político como una forma para las mujeres de establecer una vida separada de los hombres - con un énfasis en lo "político" más que en lo de "lesbiana". "No necesito intentar ser lesbiana, porque en el lesbianismo político, puedo ser una persona, una persona normal - un ser humano. Puedo estar en un lugar seguro", me dijo mientras bebía su latte de batata en el café del campus. La cosa más importante, desde su punto de vista, es la ausencia de los hombres. "Siempre, cuando uso la palabra 'lugar seguro', significa un lugar para las mujeres."

jueves, 19 de diciembre de 2019

El hambre

Últimamente me he topado casualmente con cosas de comida. Seguro son las fechas decembrinas, todos los ritos siempre están acompañados de las cenas, de las bebidas. 

Hoy en la mañana, por ejemplo, estaba leyendo un artículo sobre el filme de horror y el hambre de las mujeres. Cómo el hambre en los filmes de otros géneros (y en la sociedad) es visto como una falla o como una victoria épica para las mujeres. Recordé cómo en Gone Girl de David Fincher, Amy Elliot Dunne al fingirse muerta comienza a comer, a realmente comer: "Soy mucho más feliz ahora que estoy muerta" y vemos la toma de ella conduciendo su auto, desechando sus bolígrafos por la ventana, y comiendo. Comiendo a mordidas sabrosas una hamburguesa y también chocolate. Era una victoria para Amy. 

Con ese mismo artículo, también recordé esa tan familiar sensación de vergüenza de comer sola en público. De que te vieran sola, por una parte, y que te vieran comer algo que no se pudiera cortar en pedacitos pequeños o para ir comiendo por la calle (al menos así se tendría una justificación para comerlo sola: la prisa, te diriges hacia otro lugar.) Uno de los pasajes del artículo dice: "Si estaba comiendo sola, era el resultado de dos hechos mortificantes: porque no tenía a nadie con quién comer, y porque tenía hambre." 

En el patriarcado está mal visto que las mujeres andemos "solas" por la vida, especialmente en la vida pública. ¿Comer? ni se diga. Comer está  mal para una. Si comes mucho, eres glotona, si no comes mucho o quitas cosas de tu dieta, eres una apretada, aguafiestas,  no aguantas nada. Y siempre, siempre tienes que ser delgada, o al menos tu peso tiene que ser aguantable a la vista; pero, seamos honestas, nunca le das gusto a nadie y esa vergüenza por tus hábitos alimenticios, por tu peso y por tu cuerpo se interiorizan, y te vuelves tu propio juez, tu propio voyeur, como diría Margaret Atwood. 
Ahora bien, ¿comer sola? ¡qué horror!

Yo adoro comer sola, pero no en lugares públicos. Sí como en la calle, pero procuro comprar algo que sea portable: semillas, papas o botanas. Y, aún así, tenía cierta vergüenza y miedo de que la gente me juzgara por lo que estaba comiendo, porque yo también he juzgado antes. 
Recordé un pequeño texto que escribí sobre el hambre hace unos meses, era más bien una especie de entrada de un diario electrónico: me castigaba a mí misma no comiendo. Me castigaba por saber que tenía un vacío dentro de  mí y que no podía llenar con comida, así que ¿cuál era el punto de comer entonces?

La única vez que he comido sola, consciente de que la vergüenza que estaba sintiendo era por ser mujer, fue en un subway. Iba saliendo de terapia y tenía hambre. Quería un subway, quería algo con carne y con salsa. Estaba consciente de aquel deseo y también de la vergüenza que conllevaría comer algo así en público y sola. Por un momento pensé pedirlo para llevar, pero después pensé en que se enfriaría llegando a casa y no sabría igual, no sabría a como me lo estaba imaginando en mi deseo por comer carne y salsa. 
Una pareja se sentó en una mesa contigua y me dijeron "provecho", pero no dejaban de mirarme mientras comía sola, mientras la salsa se escurría entre mis dedos y manchaba mis comisuras. Sentía las miradas de compasión de la pareja y del personal, y sentí vergüenza. Odio la lástima que conlleva que la vean a una comer: satisfacer tus deseos y ser humana al mismo tiempo. Es casi inconcebible para los demás. ¿Mujeres humanas? Eso no existe en el imaginario colectivo. 

Hace poco conocí a alguien que solía decirme: "No me gusta comer solo" y no puedo expresar lo mucho que no pude empatizar con esa frase. Cuando estoy en casa, el acto de hacerme de comer para mí y después consumirlo, es uno de los actos de amor más grandes que me hago a mí misma. Esa vez en el subway disfruté mucho el sandwich de albóndigas con salsa, es mi favorito. Me gusta comer "sola" en el tianguis, es un recordatorio de que estoy viva y que aún puedo comer lo que me plazca, que tengo ese poder y esa autonomía sobre mis actos, sobre lo que entra a mi cuerpo, porque lo disfruto, porque lo deseo. 

¿Cuál, entonces, es el punto de comer?
Aún siento culpa, y es increíble que hasta en nuestros actos más cotidianos, como lo es comer, el patriarcado esté ahí, nuestro pequeño voyeur está ahí, la supervigilancia, el panóptico en nuestro cerebro. Pero hay que intentar ir deshaciéndonos de todo eso que nos constriñe, que limita nuestros deseos, porque también es parte de irse conociendo: de amarse y aceptarse. El punto de comer es satisfacer una necesidad básica, satisfacer un deseo, un antojo. El punto de comer es escucharte a ti misma y darte lo que deseas. El punto de comer es ser libres.